Para un hombre que viene de las islas, el horizonte se dispara tenso al filo del agua donde toda realidad se desdibuja en sus reflejos.
Para un hombre que viene de
las islas, la “línea de flotación” es esa línea de color en un
barco que avisa al navegante la separación de lo evidente,
expuesto, fijo, real, que en la superficie de la nave se llama “obra muerta”
para nombrarla, distinguirla, separarla de aquello misterioso,
mutante e indecible, sumergido, que en la nave se llama la “obra viva”.
Son palabras de marino y también las del artista Hernán Alvarado.
Para
un artista que viene de Isla de Toas, el ojo está fijo en ese balanceo dentro y
fuera de la figura. Espejismo de la realidad. Línea sin más destino que el
paseo de la forma. Como el punto inexacto en el ser de un hombre de imágenes y
recuerdos. De equilibrios en ese ir y venir entre la tierra y el agua. Entre la
superficie y el fondo. Entre la realidad y la abstracción. Incertidumbre del
desplazamiento. Aventura del conocimiento. Emoción de la memoria.
Esta
exposición del trabajo de Hernán Alvarado, una vez mas es a todo riesgo.
Navegante de la forma, Hernán hace alarde del diseño, la textura y la línea. Se
sirve de materiales rústicos y diversos; caucho, acrílico, gel, esmalte y el
reciente uso técnico del scanner para la impresión digital de
collages de sobre papel.
Tal
como en el relato de Joseph Conrad llamado Línea de sombras, temas
y símbolos, surgidos de esa región de la naturaleza humana oscura y sumergida,
son el núcleo en la cosmovisión del artista. En la instalación que está dedica
a Conrad, se propone el inicio de un archivo de signos y símbolos; desplegado
mediante breves ondulaciones en los límites de la forma que son indicios de la
frontera que separa mundo interior profundo del artista, del exterior
prosaico que le contiene. ¿Qué son estas formas ambiguas?, ¿trozos de lo
cotidiano, o significados atrapados en las redes de los recuerdos?
Da
cuenta Hernán de la actividad de los pescadores en las islas y dice que,
así como en la pesca, el sentido se cuela entre las redes del tiempo y
sólo queda lo importante. ¿Cómo, en su trabajo de grabador se renueva el olor a
pez rubia, a brea y asfalto? ¿Cómo, en las planchas de plomo que talla y
trabaja a martillo, deja rastros de la textura de las piedras en las islas?
En
su trayectoria de grabador, las planchas en las que Hernán talla comprimida la
dislocación de la frase, se renuevan los pedacitos de plomo que los pescadores
amarran a sus redes o atarayas, para lanzarlas a lo hondo.
Así, el
artista es personaje que empieza una frase en un lugar de las islas y la
termina en otro tiempo y lugar.
Ofelia Soto
Maracaibo,1º de Junio del 2011
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