Pinturas























Creo en el arte como la creación de estructuras simbólicas esenciales. Así es válido suponer que mediante ellas puedan representarse  -entre tantas cosa- las emociones. No se trata de expresar las emociones del artista, sino en general, de representar las del hombre común.

El sentimiento es lo que de más universal e intemporal tiene el ser humano; las estructuras simbólicas del arte son, para decirlo más de cerca en mis palabras, vestigios de lo permanente, de lo que más allá de otras edades es igual para todos en cualquier cultura. La pasión que mueve y conmueve y hace al arte comprensible a toda lengua; es, lo que de atemporal y acultural tiene el ser humano, porque está en el centro mismo de su naturaleza. Si la naturaleza del hombre y la del mundo son una y la misma cosa, ésta sería, como de hecho lo es para los taoístas, el espejo de la mente humana.

De esta suerte, debería buscarse entonces, en la creación, una unidad de pensamiento, vida, intuición y sentimiento. Sabemos que cada obra de arte porta vestigios de vivencias, presentimientos, intuiciones personales, surgidas, posiblemente, de un trasfondo colectivo. Resonancia del mundo que viene de la circulación entre lo inferior y lo exterior; entre lo uno y lo otro.

Busco la relación entre imagen –signo- sentimiento. El cuadro como interior, como zona consteladora, habitable. Ecología, no por virtual menos verdadera, que, por otra parte ya la literatura conoce. Víctor Hugo escribe: “las grandes líneas y las grandes majestades de la naturaleza; el nivel de los mares, la silueta de las montañas, la sombra de los bosques, el azul del cielo se complican con no sé qué dislocación enorme, mezclada con la armonía… permanece un resto de angustia del caos en la creación.”

Angustia humana; metáfora tormentosa del arte.

Dice el taoísmo que, quien desee penetrar el arte, debe pasear por el jardín de Pan -Yun- Tuan, que es toda la naturaleza, aprendiendo el silencio –primer umbral-. He perseguido el vacío pleno; lo positivo y lo negativo; lo implosivo y lo explosivo; la luz y la oscuridad; la atmosfera y la densidad; el agua y la tierra; lo femenino y lo masculino; el silencio y ahora, tal vez, sólo tal vez, el estruendo.

Ofelia Soto
30-05-94










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